domingo, 17 de julio de 2011

Tiempo de creer en Jesús.

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Tiempo de creer en Jesús



     La liturgia de este domingo, nos presenta tres parábolas, la primera es la llamada del trigo y la cizaña, está tomada de la vida cotidiana. Jesús habla en un ambiente donde las venganzas ente agricultores eran frecuentes. El predica el reino de Dios y quiere que tomemos conciencia de cómo actúa el Padre, que conozcamos su proyecto para poder decidir o por el modelo del mundo o por el de Jesús.

     Es una parábola de gran actualidad, simplemente con que nos fijemos en las actitudes de algunos que no aceptan o toleran que otros piensen distinto (liberalismo, socialdemócratas, por ej.). Cuando se tiene poder se trabaja para eliminar al otro, saben definir con claridad cual es la línea que separa el trigo de la cizaña. Ellos tienen claro qué es trigo y qué es cizaña. Es la tentación de usurpar el lugar de Dios, creyéndose con el deber y poder de tomar decisiones definitivas (si alguien ve los jueves en TVE1, los Tudor, descubrirá con exactitud estas actitudes). Por el contrario el juicio de Dios está lleno de paciencia, comprensión e indulgencia. Él conoce bien su campo, da tiempo a tod@s, respeta el tiempo de cada persona. Ni corta por lo sano, ni expulsa, ni excomulga, ni separa, ni levanta muros; está con la gente, vive entre la gente acogiendo, animando, ayudando a crecer acogiendo todos los elementos  (parábola de la levadura), por eso Jesús no está en palacio, no tiene nido, no tiene donde reposar la cabeza, porque está con la gente, en medio de toda la gente como sal, como levadura, animando y ayudando a crecer, desde la humildad, la vida de los hermanos. Es todo un ejemplo que nos invita, de nuevo, a creer, a confiar, a seguir a Jesús. Él nos muestra la forma de actuar del Padre, enseñándonos como debemos actuar nosotros. Nos podíamos preguntar ¿soy human@, paciente, compasiv@ y misericordios@ conmigo mism@? ¿Y con los demás?

¿Me fío, creo, espero y sigo a Jesús? ¿Hago todo lo que está en mis manos para conocerle mejor?

     Dice el sacerdote y teólogo José Antonio Pagola en unos párrafos de su libro “Jesús: Aproximación histórica”:

  “Para Jesús la verdadera metáfora del reino de Dios no es el cedro, que nos hace pensar en algo grandioso y poderoso, sino la mostaza, que sugiere algo débil, insignificante y pequeño. La parábola tuvo que llegar muy dentro a los que escuchaban.

¿Cómo podía comparar Jesús el poder salvador de Dios con un arbusto fruto de una semilla tan pequeña? ¿Habrá que abandonar la tradición que hablaba de un Dios grande y todopoderoso? ¿Habrá que abandonar las grandes hazañas del pasado y estar atento a un Dios que está ya actuando en lo pequeño e insignificante?   ¿Tendría razón Jesús?

     Quien escuchaba tendría que decidir seguir esperando la llegada de un Dios poderoso y terrible y su Mesías, o arriesgar a creer en la acción mesiánica y salvadora de Dios presente en la humilde actuación de Jesús.”
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