sábado, 31 de enero de 2009

Carta desde Gaza.

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A todos cuantas/os habéis comunicado con nosotras estos últimos tiempos, a través del teléfono, del correo electrónico o de todos los medios que la tecnología pone a nuestra disposición… a todos, gracias por vuestro interés, gracias por vuestra presencia que es una fuerza para nuestra comunidad… y, para expresarme en primera persona, es una fuerza para mí en estos tiempos tan perturbados… Ahora deseo compartir con todos algo de lo vivido en esta ciudad de Gaza…
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Hoy, 18 de enero… tres semanas de guerra, tres semanas de horror continuo, tres semanas de destrucción, de muerte…El 27 de diciembre, aún bajo los destellos navideños, tras la llegada del "Príncipe de la Paz" (Is. 9, 5), a las 11 de la mañana, hora de plena actividad laboral y escolar, el terror nos sorprende… bombardeos intensos, gritos por todas partes, cada cual corre como y donde puede… en cinco largos minutos, más de 40 muertos… grabada en nuestra mente para siempre la imagen de ese policía palestino que muere, el dedo hacia el cielo como lo requiere su profesión de fe musulmana, bajo las cámaras de la TV…
Rita y Ghada, dos vecinas, se precipitan al hospital, buscando a su padre que no vuelve del trabajo…. Ellas nos cuentan los primeros horrores, muertos y heridos yaciendo por los pasillos…. El hospital, que carecía de casí todo por causa del embargo impuesto por Israel desde hace dos aňos, no da a basto…y la guerra se instala en nuestra ciudad, en cada barrio, en cada casa… El edificio del Ministerio del Interior y la Seguridad Nacional destruido, una Mezquita… al día siguiente, el centro de todos los Ministerios, el Palacio Presidencial (tan bello!!!), el Parlamento, los laboratorios de la Universidad Islámica, varias Mezquitas… y hasta el principal hospital de Gaza, as-Shifa… todo cuanto puede tener la más mínima relación con la infraestructura del futuro estado palestino…. Todo en ruinas… y los muertos, los heridos, cuyo número no cesa de aumentar…
Los primeros ataques son aéreos (F-16, Apaches, etc.…) y a partir del mar…. Unos días después atacan también por tierra, con los carros de combate que, desde hace ya algún tiempo, rodeaban todas las fronteras de esta exigua franja de Gaza…. Y pronto los refugiados afluyen, procedentes de las ciudades y campos fronterizos…
En menos de una semana, Gaza se convierte en un gran campo de refugiados en el que todos somos posibles víctimas del próximo ataque….La vida se organiza en función de las circunstancias: gas no hay, la electricidad desaparece enseguida pues la instalaciones son también tocadas por los bombardeos, el agua escasea, el pan es casi un lujo… ¡conseguir unos panes puede costar hasta cinco horas de cola a la puerta del horno! Durante el día, todos buscamos reservas de comida, latas de conservas, etc., o bien, bidón de plástico en mano, andamos tras unos cuantos litros de agua potable… Las noches son largas y temibles…. Nadie duerme, pues los bombardeos más intensos son los nocturnos….los cimientos, las paredes, las ventanas…. todo se estremece, todo tiembla…dormimos con la radio puesta, intentando saber "donde ha caído"…
Gaza, "una de las ciudades más bellas de Palestina"…. Gaza que, tras ciertos acuerdos lejanos (serían los de Oslo?) creyó en un futuro mejor y se revistió de hermosos edificios, bellos jardines (el Parque Barcelona…), barrios residenciales… convertida hoy en campo de "desplazados"…
Las escuelas de la ONU acogen a miles de refugiados… rebosan de niňos, mujeres, hombres, que han perdido sus casas y, muchos de ellos, la mitad de la familia…y se convierten ahora en blanco de posibles bombardeos!!!
Objetivo? ...el "terrorismo", dicen los que dirigen esta operación que me atrevo a llamar crimen contra la humanidad…. Víctimas?.. creo que todo el pueblo palestino… alrededor de 1400 muertos ("mártires") , de los cuales más de 300 niños y unas 100 mujeres, como esta madre de familia que muere dando el pecho a su pequeňo de 10 meses… los dos descuartizados in situ y otros dos hijos heridos… O como esa joven que va al hospital, a dar a luz, acompañada por tres amigas (los hombres, mejor que no salgan por la noche!!!), y las cuatro reciben la bomba mortal…
"Terroristas?".. ese hombre, director de Banco, que, con su mujer y dos de sus hijos, intenta huir, en coche, hacia zonas más seguras…y los cuatro mueren calcinados por el disparo de un carro de combate…. O los 15 muertos en una Mezquita, durante la oración de la tarde… O los tres jóvenes refugiados en una escuela de la ONU, que mueren a las 12 de la noche, bajo nuestras ventanas. La deflagración rompe los cristales de varias de nuestras ventanas… y los gritos de dolor de la madre de una de las víctimas desgarran durante horas el poco silencio que aún quedaba en la noche…"En Rama se escuchan ayes, lloro amarguísimo. Raquel que llora por sus hijos, y no quiere consolarse… porque ya no existen…"(Jer. 31, 15).
Qué siento ante todo este horror?...en primer lugar una inmensa tristeza…. Tristeza ante la desaparición de la menor brizna de "humanidad" en el ser que es capaz de sembrar así muerte, dolor y destrucción…. Tristeza ante este intento de doblegar, por medio de la violencia, la sed de justicia y de libertad de todo un pueblo…Y al mismo tiempo, siento un cierto orgullo ante la solidaridad y el valor con que, juntos, plantamos cara a la violencia que intenta robarnos la vida…el hecho de vivir, de seguir adelante, incluso con el alma deshecha, es ya un signo de fuerza y de resistencia…
Siento… rabia, mucha rabia, ante la incapacidad de la opinión internacional de denunciar el horror, la incapacidad de actuar con fuerza y valor para parar esta matanza…
Siento también cariño y ternura hacia este pueblo digno y sediento de justicia…Hanna, refugiado en nuestro barrio, nos describe el estado de su apartamento tras el paso de los soldados israelíes que allá se instalaron durante horas… todo destrozado, incluido el nacimiento, fugaz vestigio de una Navidad que no hemos celebrado…. Y en los ojos resignados de Hanna, leo el éxodo de su familia, refugiada de Jaffa en 1948…. porque la historia se repite, 60 años después…
Miedo?... creo que no lo he sentido en ningún momento… o quizá sí…cuando, ante la posibilidad de evacuación, insisto, insistimos las tres, en nuestro deseo de permanecer aquí, junto a nuestra gente…Una vez tomada la decisión de quedarnos, me invadió un leve temor …temor de haber quizá insistido demasiado y no haber tomado la mejor decisión …Temor que desaparece súbitamente, convirtiéndose en deseo de seguir caminando junto a nuestro pueblo errante, desplazado en su exiguo territorio…
"Consolad, consolad a mí pueblo…" (Is. 40,1)…consolad a los padres de Cristina, joven de 15 años que muere asfixiada por el miedo, tras la caída de una bomba cerca de su domicilio…Consolad a Minerva, cuya casa es destruida y, 24 horas después, su hijo, Nassim, despedazado por otra bomba…Dos víctimas cristianas… dos jóvenes palestinos, cuyo destino está unido al de todo el pueblo…
Tras tres semanas de horror, sigo sintiendo rabia…rabia de ver el problema palestino reducido a eso que llaman "terrorismo"…olvidando la verdadera causa, es decir el desposeimiento de todo un pueblo de su derecho a una vida digna y a un país independiente y libre…
Domingo hoy… frágil cese el fuego…. Todos salimos…las calles llenas de gente ávida de provisiones, ávida de…aire fresco, sin bombas, ni Apaches, ni F-16…. En la Parroquia, nuestro párroco, que ha denunciado y reclamado la justicia en todos los medios de comunicación, sostiene a su comunidad, nos da ánimos, nos mantiene firmes en la esperanza, "ancla firme y segura" (Heb. 6, 19)…. Nunca había oído proclamar el Credo con tanto vigor!!... "no temas, pequeño rebaño…" (Lc. 12, 32)., sigue adelante con todo tu pueblo…
Pero, lo que más fuerza me ha dado fue, quizá, el hecho de ir con Nada (embarazada de 5 meses) a la maternidad…en la ecografía, el doctor me muestra el corazón del bebé, pequeňo punto blanco que late con fuerza…tic…tic…tic...agarrado vigorosamente a la vida, proclamando que esta , la vida, sigue aún siendo más fuerte que la muerte!!!. Con todo mi cariňo….
Elena, hermanita de Jesús
Desde Gaza, 20 de enero de 2009

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