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La fiesta del
Corpus Christi
Podemos decir que es una fiesta tardía dentro de
nuestra historia litúrgica. El movimiento se inicia en Holanda en el siglo
XIII, donde una religiosa carmelita tuvo un día una visión del sol con una
mancha negra, con el tiempo se le fue revelando que esa mancha negra
significaba que faltaba dentro del calendario litúrgico una fiesta dedicada al
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ella manifiesta esta revelación que ha tenido, lo
comunica a su comunidad y otra religiosa se une a su llamada. Deciden
comunicarlo al Obispo de la diócesis y este se entusiasma, implantando en su
diócesis una fiesta dedicada al Cuerpo y la Sangre de Cristo, es una fiesta
litúrgica, centrada en la Eucaristía y sin procesión. Este obispo pasará con
los años a ser Papa y siendo papa extiende a toda la Iglesia una fiesta
litúrgica dedicada al Cuerpo y la Sangre del Cristo. En España es muy bien
acogida en las diócesis del sur y poco a poco fue potenciándose hasta llegar a
ser una de las fiestas más populares de España, se añadió la Procesión y a la
procesión la participación de todos los estamentos de las ciudades. Es en Barcelona
donde se organizó la primera procesión eucarística. Las procesiones se inician
con el “copón” y, con el tiempo, se pasa a la custodia que es como un torre que
posibilita que los fieles puedan ver la sagrada forma. Las gentes acogen al
Señor con flores, pétalos de rosas y adornando sus casas, después se pasó ha
hacer alfombras de flores, el palio y altares para acoger al Santísimo.
¿Qué representa el Santísimo en la calle? Significa el Señor
resucitado, vivo y actuando a favor del pueblo. En principio no había imágenes
del resucitado, son muy recientes y el domingo de Pascua, para celebrar la
resurrección del Señor se realizaban procesiones. Quizás muchos recordaréis la
imagen de la Dolorosa saliendo del templo al encuentro de su Hijo resucitado,
en muchos lugares, como imagen del resucitado, se sacaba el “copón” o la
custodia. Y el encuentro llenaba de alegría a la Madre que cambiaba sus ropas
negras, por otras de color.
Hemos de valorar muy mucho el pan eucarístico como presencia
real de Cristo resucitado en nuestra historia. Seguramente por eso se quiso
celebrar esta fiesta, que es continuación del Jueves Santo, día de la
institución de la Eucaristía, donde Jesús se avanza a su muerte y resurrección
en aquella Cena con sus discípulos. Al quedar el Jueves Santo dentro del
ambiente de Semana Santa quizás no quedaba claro el sentido de resurrección del
Pan Eucarístico y por eso se celebra este día, pero sin olvidar la Cena, ambos
van unidos y si supiéramos destacar bien un sentido y otro no sería necesario
dividirlo en dos.
El Pan eucarístico es el Hijo de Dios bajado del cielo, que
después de pasar su Pasión y muerte, permanece Vivo en medio de su pueblo en el
Pan consagrado para alimentarnos y convertirnos en buen pan para el resto de
gente que no lo conoce o lo desprecia.
Démonos cuenta que la fiesta de la Eucaristía siempre nos une
al hermano: Jueves Santo es el día del Amor fraterno, Corpus Christi, el día de
la Caridad; así, el Señor continua construyendo un pueblo santo que potencia lo
que Dios desea: amor, compartir, oración, aceptación del Hijo e interés por el
bien del Hermano. Nuestra Ayuda fraterna compartiendo alimentos y nuestra
Caritas acogiendo y ayudando a los necesitados son un ejemplo de cómo los
cristianos escuchamos la voz de Cristo que, ante el necesitado, nos dice:
“dadle vosotros de comer”.
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