miércoles, 2 de junio de 2010

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

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PRIMERA LECTURA
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LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 14, 18-20

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En aquellos días, Melquisedec, Rey de Salem, ofreció pan y vino. Era sacerdote del Dios Altísimo. Y bendijo a Abrahán diciendo:
-- Bendito sea Abrahán de parte del Dios Altísimo, que creo el cielo y la tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo que ha entregado tus enemigos a tus manos.
Y Abrahán le dio el diezmo de cada cosa.
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SALMO RESPONSORIAL
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SALMO 109
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TÚ ERES SACERDOTE ETERNO, SEGÚN EL RITO DE MELQUISEDEC.
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Oráculo del Señor a mi Señor:
"Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.".
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Desde Sión extenderá el Señor
El poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
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"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora".
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El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
"Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec."
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SEGUNDA LECTURA
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LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 11, 23-26

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Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor, y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
-- Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Lo mismo hizo con la copa después de cenar, diciendo:
-- Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía.
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamaréis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
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ALELUYA Jn 6, 51-52
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Yo soy el pan vivo bajado del cielo, dice el Señor; quien coma de este pan vivirá para siempre.
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EVANGELIO
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LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 11b-17
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En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la gente del Reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle:
-- Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado.
Él les contestó:
-- Dadles vosotros de comer.
Ellos replicaron:
-- No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.
Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos:
-- Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
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