domingo, 22 de marzo de 2009

La conversión.

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Continuemos el camino iniciado en la ceniza y el ayuno y abstinencia, reflexionemos sobre la limosna: Somos una comunidad humilde y solidaria, si miramos las publicaciones de las otras parroquias, descubrimos que en cuanto a colectas que implican compartir con el necesitado, somos de los primeros. Renunciar a consumir (comprar, cambiar cosas por otras nuevas (a no ser que estén estropeadas), gastos no necesarios, …), es vivir en abstinencia. Renuncio, ahorro para compartir, para que los hermanos puedan vivir como yo. Para cumplir la demanda del Señor: “Dadles vosotros de ….”
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