sábado, 6 de abril de 2013


 
Feliz Pascua

 

            Jesús nos dijo. “pobres siempre tendréis entre vosotros”, Juan y Pedro, nos relatan los Hechos de los Apóstoles, en los primeros días de la Resurrección de Jesús, van al Templo y una de las puertas un tullido les pide una limosna. Los dos discípulos no tienen dinero, pero no pasan de largo sino que se interesan por el que se ha dirigido a ellos y le dicen:”No tenemos ni oro, ni plata, te damos lo que tenemos: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar”. Agarrándolo de la mano derecha, lo levantan y todo su esqueleto se endereza, el tullido entra con ellos en el Templo a orar y dar gracias a Dios,  la gente se interroga.

        Creo que es muy importante que conozcamos a las personas, que acojamos, nos interesemos por ellos y escuchemos, esta simple acción cambia la visión que tenemos de la persona concreta, seguro que tenéis muchas experiencias. Es importante dar la mano (Jesús toca al leproso), aunque se nos pueda decir que somos unos …, a Jesús le llamaron pecador, ¿qué nos ha de importar?.

        Es importante paliar el hambre, la necesidad concreta, lo estamos haciendo y lo hacemos bien, la Iglesia (los cristianos) y otras personas que nos ayudan, a veces sin ser creyentes, estamos solucionando muchas situaciones, normalmente de una manera no definitiva pero sí aligeramos alguna situaciones.

        ¿Esto lo debemos hacer los cristianos? Dar comida, pagar becas de comida a niños, pagar consumos de agua, gas, electricidad; pagar pensiones o habitaciones para que no se duerma en la calle,… ¡Claro que lo hemos de hacer!, la razón nos la da el  Maestro: ¡Dadles vosotros de comer! O, “tuve hambre y me diste comer, sed y me vestiste, estaba enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a verme,..” Lo hemos de hacer, hemos de compartir con los hermanos todo cuanto podamos. ¿Es suficiente?

        Juan y Pedro liberan de su postración a aquella persona en nombre de Jesucristo y él da gracias a Dios. El Papa, Francisco, nos ha dicho que la Iglesia “puede caminar cuanto queramos, podemos construir muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, no vale. Nos convertiríamos en una ONG filantrópica, pero no seríamos la Iglesia, esposa del Señor. Cuando no andamos, nos detenemos...”
        Quizás no sabemos cómo hacerlo porque llevamos años que no se ha hecho, hemos de comenzar a preguntarnos si Alguien que da sentido a nuestro vivir, que nos acerca a compartir y servir a los más necesitados: ¿podemos estafarles la mayor riqueza personal y comunitaria que tenemos, Jesucristo? Si para nosotros es vida, ¿cómo anunciarlo a los otros, sin coaccionar, ni adoctrinar, sino manteniendo la gratuidad y el amor al necesitado? Necesitamos profundizar sobre el tema, dialogar mucho entre nosotros y hacer oración.

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