domingo, 21 de abril de 2013


 

 

Feliz Pascua: Gestos.

            Los sencillos gestos del Obispo de Roma, Francisco, están llenando de admiración a la mayoría del orbe católico y a muchos que no forman parte: Su opción por resaltar el mensaje de Cristo antes que su mensaje y persona, el inclinarse ante la Iglesia, en su primera aparición en el balcón vaticano mientras la Iglesia rezaba por él, su sencillez en el vestido, ni armiño, ni constante estola, sólo cuando es necesaria, el vivir entre los otros en una casa común dejando el Palacio Apostólico, el ir a pagar los gastos de la residencia donde estuvo alojado, el no utilizar, para los desplazamientos, los pomposos coches oficiales, el mencionar y alabar al Obispo emérito de Roma, Benedicto XVI, el lavar los pies en una prisión romana de jóvenes (chicos y chicas)…. Está dando un vuelco a la imagen del sucesor de Pedro.

         Este vuelco lo inicia Benedicto XVI, no sé si consciente o no, pero ha dado un paso histórico en la vida de la Iglesia, deja de ser el Vicario de Cristo y el Sumo Pontífice, para ser un Obispo, sucesor de la sede de Pedro y, por lo que conlleva esta sede, animador en la caridad de todas las iglesias. El gran teólogo Benedicto XVI, al pasar a ser pastor asume desde la humildad la verdad de su misión: ser servidor de la Iglesia, entiendo Iglesia como la comunión de todos los bautizados, no los templos, ni las estructuras. Como todo obispo ha de escuchar (oración, meditación, estudio) al Señor que, metafóricamente, es el autentico Señor de las ovejas; ha de conocer las necesidades de las mismas y buscar los caminos para animarlas, implicarlas y satisfacerlas y conocer lo que pasa en el redil, estructura que libera o asfixia a las ovejas. Realizó ese papel, sus escritos, principalmente, son magníficos y nos sorprendió a todos al anunciar que se retiraba. Démonos cuenta que lo pudo hacer porque en la médula de sus huesos tenía claro que era servidor, que era obispo; si su concepción hubiera sido la de Vicario de Cristo y Sumo sacerdote (error histórico), no lo hubiera podido hacer, tenía que haber muerto en el cargo. Muchos le han criticado su renuncia porque viven y defienden otros privilegios. Gracias Benedicto por el gran bien que habéis hecho a la Iglesia y a la humanidad, con vuestra decisión habéis hecho más fácil el camino del Obispo Francisco; ahora a él le corresponde seguir la senda iniciada, puede proclamar a los cuatro vientos que él es el obispo de la sede Romana, sede que inició San Pedro a quién el Señor le encomendó “Simón, Simón Satanás os busca para cribaros como al trigo; pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una vez recuperado, anima la fe de tus hermanos” (Lc 22, 31-32).
         El Obispo Francisco está cumpliendo esta misión; como toda misión es dura y por eso pide que oremos por él. ¡Oremos implorando al Señor su ayuda!

No hay comentarios: