sábado, 17 de septiembre de 2011

Renovem el Consell Parroquial.

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Renovem el Consell Parroquial



                Toda parroquia, como bien sabéis, tiene una misión que no le confía el rector, ni ningún clero, ni el mismo obispo. Su Señor es Jesucristo que nos asocia a su misión (la que le confió el Padre de todos) para que trabajando, desde El, realicemos el Reino de Dios. La Iglesia no es el Reino, la Iglesia es servidora del Reino y está llamada a edificar el Reino de Dios aquí en la tierra. Para poder cumplir su misión se ha subdivido en diócesis, a cargo de un obispo (un descendiente de los apóstoles) y los obispos, para poder servir a todo el pueblo, ha divido su diócesis en parroquias, normalmente una por pueblo, excepto en aquellos que al ser tan numerosos se ha divido por territorios en varias parroquias. Todos tenemos la misma finalidad, nadie ha de mirar para sí más que para las otras. Con el tiempo las parroquias han tendido a ser grupos separados; la falta de clero está haciendo que superemos ese pecado, aunque a algunos les cueste aceptar.

        Las parroquias son territoriales, ubicadas en un territorio y al servicio de todas las personas de aquel territorio. Las parroquias aunque tengan estatuto jurídico, que lo tienen, han de sentirse funcionales, al servicio de la pastoral del territorio, siguiendo las orientaciones del obispo responsable y sintiéndose muy  enclavadas en el territorio, captando todo aquello que hace sufrir, que alegra, hace esperar, preocupa, interroga e interpela a los miembros de la comunidad y a aquellos que viven su fe a nivel individual.

        Hasta ahora, la parroquia está confiada a un rector que actúa en nombre del obispo.  La parroquia no es el templo, éste es la casa donde se reúnen los cristianos. Los cristianos son la parroquia, los cristianos son la Iglesia, convocada por Jesucristo para la gloria de Dios Padre. Los cristianos han de experimentar y ejercer la fraternidad: todos somos hermanos, también el Papa, el Obispo, el cura, los catequistas, las religiosas, los…. Los que viven en un territorio han de asumir la misión que se les confía.  Cada uno, cada una, es un don para los otros y los dones son regalos de Dios para poder ejercer la misión. Ningún don puede ser marginado y tampoco autoexcluido, es para la comunidad y para la misión. No lo hemos llegado a descubrir, todavía, en su radicalidad. Hemos conseguido una cierta “libertad” de hacer cada uno lo que le parece bien y si no le interesa se aparta y vive su vida sin necesidad, ni colaborar con los otros. ¡Es un grave error!

        Un cura, es enviado a una realidad parroquial que ya existe, va como servidor, no como jefe o dirigente, quien tiene consistencia es la comunidad. Esta comunidad, toda ella, ha de posibilitar que el trabajo por el Reino se realice en aquel territorio; ha de descubrir los dones recibidos, se ha de organizar para la misión.

        Aquí la función del Consejo Parroquial, grupo de personas que, durante un tiempo, ponen sus capacidades al servicio de la dinámica parroquial, siguiendo las orientaciones del Obispo diocesano, teniendo como libro guía el Evangelio, estando atento a las necesidades y esperanzas de la gente y creando un ambiente fraternal donde todos puedan experimentar el amor y la misericordia del Padre del cielo.

        El Consejo parroquial de Sant Miquel se ha de renovar, si todos formamos parte de la comunidad parroquial, todos podemos formar parte, nadie ha de tirar para atrás y menos por cobardía o comodidad. El actual Consejo está buscando personas, escuchad la oferta, pensad en la misión, siempre positiva y adelante, y prestaros a trabajar.  Quizás a otros no llegue la oferta, no nos conocemos todos, pero dad el paso vosotros, vosotras mismas. Gracias. .

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