sábado, 11 de diciembre de 2010

En la Biblia está el futuro de Europa (4).

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Seguimos con el escrito del cardenal emérito de Milán sobre el tema “en la Biblia está el futuro de Europa” (Cooperador paulino nº155)
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“Mis cuatro tesis: Tesis número 3“
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La Biblia es, ante todo, el libro del futuro de Europa porque en sus páginas reconoceremos, cada vez más, nuestras raíces y podremos encontrar en ella las motivaciones para caminar juntos como gran pueblo europeo.
Efectivamente, teniendo en cuenta los problemas que hemos evocado al principio, será cada vez más necesario que existan en Europa hombres y mujeres que den testimonio de la necesidad de la gratuidad, de la entrega de sí mismos, del servicio prestado sin
interés personal, del amor al bien común, por encima del bien de cada uno y de los diversos grupos, de la necesidad del perdón concedido antes aún de que sea acogido. Efectivamente, es en este cimiento donde se apoyará una sociedad justa, capaz de ayudar a los más débiles, una sociedad que hace posibles relaciones de auténtica amistad que vayan más allá de las relaciones en las que cuentan solamente el interés y el cálculo; una sociedad que sea capaz de vencer la enemistad, de superar el mal a fuerza de bien y de construir cada día la paz. Será ciertamente una paz siempre fágril y siempre necesita ser retomada, de ser redimensionada, pero es la única paz posible en este mundo, a nivel social y político. Y Europa, que ha dejado tras de sí las guerras de los siglos pasados y ha aprendido a conocer la fuerza destructiva, la inutilidad de la violencia absurda, puede y debe para los otros continentes promotora y garante de paz.
Con otras palabras, será cada vez más necesario decir verdades fuertes y sinceras sobre el hombre y la mujer contemporáneos con un lenguaje claro y comprensible, sobre su vida y su destino, a partir de las palabras de la Biblia, que se derivan de la verdad misma de Dios. Será necesario decir Dios al hombre contemporáneo con un lenguaje claro y comprensible, que exprese su transcendencia y su amor a la humanidad, así como la necesidad de los hombres de todos los tiempos de descansar en él. La Biblia contiene estas palabras.
Y la Biblia las contiene entretejidas de gran humanidad, con vivo sentido de la fragilidad y de la debilidad de los hijos de Adán, con un profundo conocimiento del misterio de odio que infesta el mundo, en un contexto de fuertes emociones y tenaces afectos. La Biblia no es un libro caído del cielo; es un libro en el que cada uno puede reflejarse y encontrarse, en el que hay páginas para todas las situaciones de sufrimiento y de gozo por las que pasa toda creatura humana. Por eso es un libro que habla también a las generaciones futuras.”
Continuará.
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Estamos en Adviento y ante el recuerdo histórico de la profunda separación del hombre de Dios y la constante fidelidad de Dios que desea el bienestar y la felicidad de los hijos
Ante tanto desastre, injusticia y sufrimiento ¿no ha llegado el momento de abril el corazón al Dios bueno y optar por trabajar escuchándole a Él?.
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