sábado, 6 de noviembre de 2010

Bienvenido, Benedicto XVI.

.
.
.


.

.

Nuestra comunidad os da la bienvenida y deseamos que descubráis, entre nosotros, que amamos a Jesucristo y que amamos a su Iglesia en la que muchos de nosotros estamos comprometidos.
Sabemos que no será un viaje fácil, entre otras cosas, porque no venís sólo como sucesor del apóstol Pedro, sino que lleváis la carga de ser Jefe de un Estado, esto crea confusión ¿no sería mejor renunciar a esta jefatura para ser sólo el apóstol primado de Jesucristo? También sabemos que venís en visita pastoral, que lo que prima en vuestra visita es el evangelio y el servicio a la comunidad de la Iglesia que hace camino en Barcelona.
Necesitamos, como pidió Jesús a Pedro, que fortalezcáis nuestra fe. Somos gente que por fidelidad al Evangelio estamos trabajando al servicio de los más pequeños; a su servicio estamos gastando tiempo, dinero y vida pero nos cuesta decir que lo hacemos porque creemos en el Señor Jesús, que ha gastado y entregado su Vida por todos. Vivimos en una sociedad secularizada donde lo cristiano no vende. Es nuestra cruz, es la cruz que hemos de asumir y cargar en este momento histórico que nos ha tocado vivir. Ayudadnos a no rechazar la cruz, animad nuestra fe para que sin vergüenza, miedo o temor podamos proclamar, con sano orgullo, que nuestra vida llega a su plenitud cuando se fía de Jesucristo y sigue sus caminos, no sólo personalmente sino, y también, cuando ayudamos de palabra y obra a que los demás le conozcan. Bienvenido, estáis en casa.

.

.

No hay comentarios: