sábado, 1 de mayo de 2010

Reflexió.

.
.
Hay una impresión bastante extendida entre algunos de que los miembros de las comunidades cristianas estamos en una situación de parálisis. Colectivamente no se nota nuestra presencia. Pienso que la reflexión no viene porque no hagamos, sino porque ante tanto sufrimiento en nosotros, nuestras familias, nuestros vecinos, nuestro mundo quizás no estamos a la altura de la respuesta que nuestra fe y la construcción del Reino nos pide. Seguramente en este momento de cruz, fruto del egoísmo, de la mentira y del individualismo en el que nuestra cultura nos ha ido metiendo en la cual algunos se han forrado y a la mayoría nos han empobrecido y vendido, ocasionando una situación incomprensible hace tres o dos años: las hipotecas nos dejan en la calle a la gente más joven y arriesgada, vuelven a casa y esos jubilados que prestaron su aval para la hipoteca ahora han de acoger a los hijos, a veces alimentarlos y pagar la cuota mensual de hipoteca. Ante esa cruz y otras muchas: paro, falta de alimentos, incomprensión, alteraciones psíquicas, la llamada de Jesús es “Por favor, ayudadme a llevar esta cruz en mis hermanos”. ¿No creéis que es esto lo que se espera de las comunidades cristianas, hoy?
.
.

No hay comentarios: