domingo, 2 de febrero de 2014




El papa Francisco y la parroquia.


“La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo “la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos e hijas”. Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo (barrio), y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración. A través de todas estas actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que la llamada a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión.” (La alegría del Evangelio, nº 28).
¿Qué espera, el Papa?: Revisión y renovación de las parroquias.
¿Es posible?, Cree que sí porque no son estructuras rígidas, sino que tienen una gran plasticidad.
¿Qué es necesario? Aquí señala varias cosas:
1.  Docilidad y creatividad misionera tanto del pastor como de los fieles.
2.  Estar en contacto con los hogares y con la vida del barrio.
3.  No vivir separados de la gente, ni ser un grupo de selectos que sólo se miran a ellos y no tienen en cuenta lo que se vive en el barrio.
4.  Que no sea una pieza uniforme, sino una comunidad formada por diversas comunidades o grupos más pequeños.
5.  Que no sea una aduana donde todo sean peros, sino un santuario de agua fresca donde los sedientos van a beber.
6.  Que sea un ámbito de viva comunión y participación.
7.  Que todo esté orientado a la misión. La parroquia ha de alentar a sus miembros para que sean agentes de evangelización
8.  Que sea vivida como presencia de la Iglesia en el barrio.
9.  Que se posibilite la escucha de la Palabra, la ayuda al crecimiento de la vida cristiana, donde se potencie el diálogo, el anuncio, la caridad generosa, la adoración y la celebración.
10.              Somos invitados a revisar la vida de nuestra parroquia  y ponernos manos a la obra.



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