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PRIMERA
LECTURA
LECTURA DEL
LIBRO DE ISAIAS 50, 5-9a
SALMO 114
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante;
porque inclina su oído hacia mí,
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida."
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor,
en el país de la vida.
SEGUNDA
LECTURA
LECTURA DE LA
CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO 2, 14-18
LECTURA DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 8, 27-35
-- ¿Quién dice la gente soy yo?
Ellos le contestaron:
-- Unos, Juan Bautista: otros,
Elías, y otros, uno de los profetas.
Él les preguntó:
-- Y vosotros, ¿quién decís que
soy?
Pedro le contestó:
-- Tú eres el Mesías.
Él les prohibió terminantemente
decírselo a nadie. Y empezó a instruirles:
-- El Hijo del Hombre tiene que
padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y
letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días.
Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se le llevó aparte y se puso a increparle. Jesús se volvió, y de
cara a los discípulos increpó a Pedro:
-- ¡Quítate de mi vista, Satanás!
¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!
Después llamó a la gente y a sus
discípulos y les dijo:
-- El que quiera venirse conmigo,
que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que
quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio,
la salvará.
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