Con este domingo damos comienzo a un nuevo ciclo litúrgico.
No se trata de volver nuevamente al punto de partida después de un recorrido circular. Es más bien seguir la dirección rectilínea de una flecha que apunta hacia delante. Es un nuevo impulso de Espíritu que manifiesta la confianza que Dios tiene en nosotros como trabajadores del Reino. Iniciamos un año más de confianza, para seguir avanzando.
Este año, nos acompañará el evangelista Lucas, es el evangelista del nuevo ciclo litúrgico, el conocido como ciclo C.
Su evangelio es más universalista que los otros, el suyo es el evangelio del Espíritu, de la misericordia – con parábolas propias como el Hijo pródigo (Lc 15, 11-32)- el evangelio de la salvación de los pobres, de la alegría, de la mujer: presenta un número de protagonistas femeninas muy superior a todos los restantes libros del Nuevo Testamento…
Pone de manifiesto que la vida cristiana, es el seguimiento de Jesús con rasgos típicos suyos, como el camino, la vigilancia, la oración y la alegría.
Demos gracias a Dios, por un año más de vida como seguidores de su Hijo Jesús, nuestro Señor Jesucristo.
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