sábado, 11 de enero de 2014

El Bautismo del Señor



 

PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 42, 1-4.6-7

Así dice el Señor:
--Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.

SALMO RESPONSORIAL
SALMO 28

EL SEÑOR BENDICE A SU PUEBLO CON LA PAZ

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

La voz del Señor sobre las aguas,
el señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del señor es magnifica.

El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se siente por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10, 34-38
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-- Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.

ALELUYA Mc 1, 11

Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre: Este es mi hijo, el amado; escuchadle.

EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 3, 13- 17

En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirle diciéndole:
-- Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y acudes a mi?
Jesús le contestó:
-- Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió.
Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:
-- Este es mi hijo, el amado, mi predilecto.
 
 

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