Empezamos el Adviento, cuyo significado es "El Señor viene", con una llamada a estar atentos, a vigilar. Esta llamada nos la hace Jesís en el evangelio. Él está llamando a la puerta de nuestra vida, a quien se la abra, entrará en su casa y cenará con él. Los cristianos hemos de tener bien presente que nuestro Dios no es ajeno a nuestroas preocupaciones, y que trabaja respetando nuestre libertad y capacidad de decisión. Lo sabe el sistema en el que vivimos.
Mientras una mujer creyente, que ha vivido entre nosotros hasta hace poco, Teresa de Calcuta, nos decía: "Lo que me escandaliza no es que haya ricos y pobres, sino el despilfarro".
El tiempo de adviento es aprovechado por la gente del sistema para provocarnos a gastar y a comsumir, ¡el despilfarro!. El domingo pasado, el titular a toda página de La Vanguardia en el cuadernillo "Dinero" era: "Consumir es un deber patriótico", añadiendo "el gasto de los particulares no afectados por la crisis es importante para suavizar la crudeza de la recesión que viene" y acababa con letras mayúsculas y en rojo, diciendo "¡GASTA!. Mientras Jesús busca la solidaridad y la fraternidad, el sistema quiere que le ayudemos a perdurar con los mismos resortes que cada pocos años deja a gentes en la cuneta, no importan las victimas, importa perdurar el sistema. Jesús y el sistema interpelan a las mismas personas, acuden a la misma conciencia. ¡Vigila!, ¡Gasta!.
¿Qué hacer? ¿Resignarse, maldecir el progreso, apoyar la inconsciencia, despertar la solidaridad del corazón humano?
Sin duda, para los creyentes y personas sensibles a los destrozos del sistema, lo importante es sanar las raices del ser humano y su capacidad de reacción. Y es precisamente entonces cuando aparece en toda su gravedad un dato que en Europa comienza a tomar conciencia. Y es que estamos viviendo ya, según muchos, en ese "mundo simulado", cada vez con menos capacidad de distinguir el mundo real y el producido por los medios de comunicación.
Pero hay algo más grave. La T.V. nos está privando de nuestras propias imágenes, nuestro lenguaje y nuestro pensamiento propio. Todo se nos impone desde fuera, y corremos el riesgo de convertirnos en "analfabetos satisfechos".
En este contexto cobra nuev fuerza la llamada de Jesús: "Vigilad".
No basta con alimentarse del último "flash" televisivo. No todo ha de ser entretenimiento o deiversión. Para ser humana, la persona necesita cultivar el espíritu, escuchar su conciencia, alimentar otras dimensiones, abrirse al misterio, aogerse a Dios. Y si es creyente rumiar la Palabra, confiar en Jesucristo, aceptar su camino, en último término, ser discípulo.
Esta es la llamada profund de este Adviento que este domingo comienza, porque el Señor cuenta con nosotros y si le abrimos la puerta de nuestra vida, descubriremos que es nuestro amigo de siempre y para siempre. Vale la pena dejarse enredar, ni amedrantar por otras fuerzas, otra ideologías, otros intereses.
Un bon Advent per a tots!!!!!!!!!!!!!!
Mientras una mujer creyente, que ha vivido entre nosotros hasta hace poco, Teresa de Calcuta, nos decía: "Lo que me escandaliza no es que haya ricos y pobres, sino el despilfarro".
El tiempo de adviento es aprovechado por la gente del sistema para provocarnos a gastar y a comsumir, ¡el despilfarro!. El domingo pasado, el titular a toda página de La Vanguardia en el cuadernillo "Dinero" era: "Consumir es un deber patriótico", añadiendo "el gasto de los particulares no afectados por la crisis es importante para suavizar la crudeza de la recesión que viene" y acababa con letras mayúsculas y en rojo, diciendo "¡GASTA!. Mientras Jesús busca la solidaridad y la fraternidad, el sistema quiere que le ayudemos a perdurar con los mismos resortes que cada pocos años deja a gentes en la cuneta, no importan las victimas, importa perdurar el sistema. Jesús y el sistema interpelan a las mismas personas, acuden a la misma conciencia. ¡Vigila!, ¡Gasta!.
¿Qué hacer? ¿Resignarse, maldecir el progreso, apoyar la inconsciencia, despertar la solidaridad del corazón humano?
Sin duda, para los creyentes y personas sensibles a los destrozos del sistema, lo importante es sanar las raices del ser humano y su capacidad de reacción. Y es precisamente entonces cuando aparece en toda su gravedad un dato que en Europa comienza a tomar conciencia. Y es que estamos viviendo ya, según muchos, en ese "mundo simulado", cada vez con menos capacidad de distinguir el mundo real y el producido por los medios de comunicación.
Pero hay algo más grave. La T.V. nos está privando de nuestras propias imágenes, nuestro lenguaje y nuestro pensamiento propio. Todo se nos impone desde fuera, y corremos el riesgo de convertirnos en "analfabetos satisfechos".
En este contexto cobra nuev fuerza la llamada de Jesús: "Vigilad".
No basta con alimentarse del último "flash" televisivo. No todo ha de ser entretenimiento o deiversión. Para ser humana, la persona necesita cultivar el espíritu, escuchar su conciencia, alimentar otras dimensiones, abrirse al misterio, aogerse a Dios. Y si es creyente rumiar la Palabra, confiar en Jesucristo, aceptar su camino, en último término, ser discípulo.
Esta es la llamada profund de este Adviento que este domingo comienza, porque el Señor cuenta con nosotros y si le abrimos la puerta de nuestra vida, descubriremos que es nuestro amigo de siempre y para siempre. Vale la pena dejarse enredar, ni amedrantar por otras fuerzas, otra ideologías, otros intereses.
Un bon Advent per a tots!!!!!!!!!!!!!!
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