martes, 6 de mayo de 2014



1º de Mayo
            
         Parece que este año ha sido más reivindicativo que los anteriores. Han sido estos unos años de contención; la situación iba siempre a peor y pocos se movían, esto ha significado que los gobiernos hayan recortado derechos sociales (pensiones, sueldos, sanidad y educación) como les ha parecido mejor. El resultado ha sido que toda la ciudadanía estamos pagando cantidades inmensas a banqueros sin escrúpulos y a especuladores y corruptos que no pisan una cárcel ni por asombro, mientras pequeños delincuentes se pasan años. Hay una economía para los poderosos (empiezan los beneficios para la banca, pero no devuelven todo lo que se les ha entregado, ni reparan el mal que han hecho (hipotecas, ni preferentes) y una justicia para los poderosos (se conocen por sus nombres y apellidos tanto a personas, como a partidos, que han estafado, que han negociado desde la mentira y la ilegalidad y los juicios son eternos y la cárcel está vetada para ellos: ¡la justicia no es igual para todos!)
         Nos dicen que estamos saliendo de la crisis, en los periódicos leemos que los beneficios van para arriba en el sector bancarios y algún otro; que aumenta el número de parados y que hay centenares de miles de personas que no tienen ningún ingreso al mes; más de 900 familias, en Cornellà, son alimentadas desde la Botiga Solidaria; las medias becas de comedor se han acabado para algunos y nos hemos de espabilar para que puedan comer. Los servicios sociales tanto municipales como de Càritas están colapsados; personas y familias que en principio parecía impensable están pidiendo ayuda. En nuestro ámbito más que “brotes verdes”, vemos socavones negros. Vivimos en el engaño y la mentira. La solidaridad es inmensa y ha de continuar; pero no hemos de olvidar la defensa de derechos sociales, (conquistados con tanto esfuerzo, luchas y sangre) y la justicia. Sobre todo, los cristianos, no hemos de olvidar la persona que es hermana e hija de Dios. La persona, templo del Espíritu Santo, ha sido marginada por el ídolo dinero, beneficio que ha impuesto su liturgia: mentira, oscuridad, especulación, enriquecimiento, utilización de las persona mientras me sirve para conseguir algo y abandono como obsoleta cuando ya no sirve, paro, etc). Alegrémonos que la ciudadanía salga a reivindicar y sea exigente.



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