El papa Francisco y la parroquia.
“La
parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran
plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la
creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la
única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse
continuamente, seguirá siendo “la misma
Iglesia que vive entre las casas de sus hijos e hijas”. Esto supone que
realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo (barrio), y
no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de
selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el
territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida
cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y
la celebración. A través de todas estas actividades, la parroquia alienta y
forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de
comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y
centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que la llamada
a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes
frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de
viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión.” (La
alegría del Evangelio, nº 28).
¿Qué espera, el Papa?:
Revisión y renovación de las parroquias.
¿Es posible?, Cree que sí porque no
son estructuras rígidas, sino que tienen una gran plasticidad.
¿Qué es necesario? Aquí
señala varias cosas:
1. Docilidad y creatividad misionera tanto del pastor como de los
fieles.
2. Estar en contacto con los hogares y con la vida del barrio.
3. No vivir separados de la gente, ni ser un grupo de selectos que
sólo se miran a ellos y no tienen en cuenta lo que se vive en el barrio.
4. Que no sea una pieza uniforme, sino una comunidad formada por
diversas comunidades o grupos más pequeños.
5. Que no sea una aduana donde todo sean peros, sino un santuario
de agua fresca donde los sedientos van a beber.
6. Que sea un ámbito de viva comunión y participación.
7. Que todo esté orientado a la misión. La parroquia ha de alentar
a sus miembros para que sean agentes de evangelización
8. Que sea vivida como presencia de la Iglesia en el barrio.
9. Que se posibilite la escucha de la Palabra, la ayuda al crecimiento
de la vida cristiana, donde se potencie el diálogo, el anuncio, la caridad
generosa, la adoración y la celebración.
10.
Somos invitados a revisar la
vida de nuestra parroquia y ponernos
manos a la obra.
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