Han iniciado el curso
4 personas de la Comunidad Parroquial. Seguramente hay muchas más que no
pudisteis venir el martes o el miércoles, la verdad es que gozamos con el
Evangelio, nos llega al corazón, o al alma, y uno se siente admirado de ver
como personas como Marcos ayudan a su comunidad a creer, presentándoles a Jesús
de Nazaret y la acciones que él realizo como consecuencia del amor del Padre a
todos. Os animo, pues, a venir.
Hace
un tiempo se distribuyó, precisamente, el librito del Evangelio de Marcos, si
lo tenéis traedlo y, si no lo tenéis no os preocupéis. Es recomendable algo
para escribir; esto nos permite volver al texto en casa y, así, poder hacer
oración. Os animo de nuevo, ¡no despreciéis este servicio!. Ya sabéis Martes o miércoles de 6 a 7 de la tarde,
allí nos encontraremos con otros hermanos/hermanas y con padres y madres de la
catequesis.
Para
los que trabajéis en casa, podemos decir que el Evangelio de San Marcos, que al
empezar con este versículo “Evangelio de
Jesús, el Cristo el Hijo de Dios” nos está indicando quien es Jesús y que
su vida es Evangelio. Sabemos que evangelio significa “Buena noticia”. Al
aplicarla a Jesús, como lo hace Marcos, podemos decir que Jesús es Evangelio,
es decir Buena noticia. Pero de qué. En el librito lo iremos descubriendo,
aunque ya podemos afirmar que Jesús es Buena noticia de la Salvación, nadie
como él aporta la salvación que anhelamos.
Jesús se convierte en Esperanza, pronto
empezaremos el Adviento y la esperanza se irá concentrando en un pequeñín que
nació en la humildad de una cuadra en Belén de Judá. Marcos no se fija en estos
detalles, para que confiemos en Jesús nos describe en los primeros versículos
quien es; así nos dice:
Que el Padre colabora en preparar el
camino: “Yo (Padre) envío a mi siervo (Juan) para que te prepare el camino a Ti
(Jesús).
nos lo explica Pablo en la carta a los Filipenses 2, 6 “Siendo de condición divina no quiso guardarse celosamente la igualdad con Dios, al contrario se hace nada”. Marcos lo expresa diciendo que “Jesús se bautizó en el Jordán”. Jesús se bautiza, y ¿por qué? Si él no lo necesita; por ser uno de tantos. La consecuencia de este hacerse uno de tantos es que el Padre lo exalta, enviándole el Espíritu y diciéndole: “Tú eres mi Hijo, mi predilecto; Yo te he elegido para enviarte” (Mc 1, 10-11). Jesús cuenta con la alegría del Padre y quiere enviarle, ahora Jesús ha de elegir (es libre) qué camino seguir, el diablo lo acosa en el desierto pero Jesús, haciendo la voluntad del Padre convierte la dureza del desierto en un paraíso (tierra, animales, hombre y ángeles conviviendo en armonía).
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